El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD), Francisco de Asís Babín Vich, dijo este miércoles en Montevideo que “la legalización de la marihuana no es un camino que España esté dispuesta a seguir” inmediatamente.
En una entrevista, Babín explicó el papel desarrollado por España en el contexto del Programa de Cooperación entre América Latina y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas (Copolad), clausurado este miércoles en Uruguay, y analizó la situación del problema de los estupefacientes a nivel nacional e internacional.
Preguntado sobre el modelo uruguayo de legislar a favor de la producción y comercialización de marihuana, Babín indicó que “no es un camino que en este momento el Gobierno de España esté dispuesto a seguir, pero eso no quita a que contribuyamos a conocer los resultados últimos de esa experiencia“.
El delegado aseguró que guardan mucho respeto hacia “una decisión que ha tomado un Gobierno soberano y democrático” y que evaluarán con detenimiento los resultados “para extraer enseñanzas y de ahí tomar decisiones”.
En diciembre de 2013 el Parlamento de Uruguay aprobó el Proyecto de Ley sobre Control y Regulación de la Marihuana y sus Derivados, que legalizó la producción y venta de la droga, cuyo consumo ya era legal en el país.
“No está en nuestra perspectiva el abordar un proceso de este tipo y no creo que se pueda dar a corto plazo porque hay que tener en cuenta que estamos en situaciones muy diferentes respecto al problema”, explicó Babín.
Así, dijo que mientras en la mayoría de países de Latinoamérica el consumo es un delito que puede ser penado con la cárcel, en España no hay una legislación punitiva y el castigo máximo sería una sanción administrativa si se toma en público o en determinados lugares.
Además, añadió que desde un punto de vista terapéutico en Europa el acceso a determinadas sustancias no pasa por el consumo de las plantas, sino que hay licenciados medicamentos que contienen los principios activos que pueden ser utilizados dentro del sistema sanitario para las distintas necesidades de los pacientes.
“Luego no hay un argumento terapéutico, y menos con la falacia con la que algunos grupos procannabis lo utilizan, para emprender un camino de ese tipo“, subrayó.
Copolad, nacido en 2011 con financiación de la Comisión Europea, fue implementado por un consorcio liderado por España a través de la DGPNSD del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP).
Durante los últimos cuatro años, Copolad tuvo como objetivo coordinar las agencias y los observatorios nacionales de drogas, así como impulsar la creación de un diálogo entre las dos regiones sobre políticas de estupefacientes, tanto en la lucha contra el narcotráfico como en la rehabilitación de drogodependientes.
“España ha sido líder y ha tenido un papel protagonista” en Copolad, afirmó Babín, que expuso el enfoque de salud pública que prima en la política nacional sobre drogas “desde hace más de 30 años” como una de las principales aportaciones al programa.
“Nuestra legislación nunca penalizó al consumidor por el hecho de serlo. Ahora que hay un discurso abierto en relación a la necesidad de que no sea solo lo punitivo lo que se aplique en las personas que tienen problemas con el consumo de drogas, ese tipo de experiencias las llevamos desarrollando desde hace mas de 30 años”, comentó.
“Y yo creo que son experiencias muy apreciadas en Latinoamérica”, aseguró.
El proyecto Copolad llegó a su fin después de mantener durante el tiempo que estuvo en marcha “un diálogo absolutamente sincero, transparente, sin cortapisas ni condiciones previas” entre los países participantes a uno y otro lado del Atlántico.
“Estamos sumidos en un fenómeno global donde tenemos que trabajar unidos porque no importa tanto qué se produce y dónde sino cómo lo afrontamos entre todos pare ser eficientes”, explicó Babín.
El funcionario añadió que “la grandeza de Copolad es que pone en coordinación las estrategias de una y otra región, de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), para que podamos hacerlo”.
“Este proyecto es paradigmático porque ha conseguido concitar a todos alrededor de una serie de conclusiones comunes (…) y ha logrado su propósito inicial: favorecer que las políticas sobre drogas estén basadas en evidencias científicas que sirvan para acometer este fenómeno”, manifestó Babín.
Durante la clausura de Copolad la UE aseguró que el proyecto tendrá una segunda parte que Babín espera que sirva “no sólo para profundizar en la coordinación de políticas comunes” sino también para favorecer que los resultados “puedan implementarse en todos los países en la medida que a cada uno mejor le sirva”.