Estados Latinoamericanos y la Unión Europea acuerdan "romper tabúes" sobre las drogas.

Reafirmar la cooperación internacional e iniciar un diálogo “sin tabúes” sobre las drogas fueron las principales conclusiones de la XVII Reunión de Alto Nivel del Mecanismo de Coordinación y Cooperación entre la Celac y la UE, que culminó hoy en Montevideo.

Las drogas no son un tabú que no se pueda discutir. Son políticas y conclusiones: El hombre tiene que estar en el centro de nuestras preocupaciones. Hay que abatir la violencia y los derechos humanos tienen que primar sobre todas las políticas de fiscalización de drogas“,  Milton Romani, asesor en Política de Drogas y Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.

En el marco de las reuniones de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) expertos y autoridades internacionales debatieron durante dos días sobre las drogas.

Los participantes intercambiaron técnicas sobre el combate a las drogas y reafirmaron líneas de cooperación internacional, que “en este tema como en otros, es fundamental”, así como iniciar un diálogo “sin tabúes”, explicó Romani, para quien este ha de tener como centro “al hombre, no a la sustancia”.

Hasta ahora toda la política mundial se basa en la sustancia y el centro tiene que ser el hombre, el ser humano y sus vínculos“, matizó.

El problema de la inclusión social, según Romani, fue “muy bien planteado” por la representación Argentina, ya que América Latina “tiene un problema de violencia y de inclusión social y las dos cosas tienen mucho que ver con las drogas, porque el narcotráfico recluta de aquellos lugares de vulnerabilidad social”.

Además, en su opinión, el diálogo político con respecto al problema mundial de las drogas atraviesa por “una serie de caminos interesantes”.

Hay enfoques nuevos y modelos alternativos. Hay una crítica muy importante al modelo prohibicionista que ha sido hegemónico hasta ahora“, agregó el asesor en Política de Drogas y Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.

Como ejemplo, citó el camino legislativo iniciado por Uruguay, que en 2013 aprobó una ley que controla y regula la importación, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de la marihuana.

“Estamos ensayando una forma diferente de regular el mercado ilícito que nos parece que acerca más al consumidor al tema de la salud y que le roba un mercado importante al narcotráfico”, añadió quien será el nuevo secretario general de la Junta Nacional de Drogas uruguaya en el futuro Gobierno de Tabaré Vázquez, que tomará posesión el 1 de marzo.

Romani explicó que esa forma de regular no se hace “renunciando” a la aplicación de la ley, sino que es “un ensayo que trata de remontar lo que en América Latina se conoció como la guerra contra las drogas”.

“Uruguay no pretende exportar esto y sabemos que es una experiencia de acuerdo a sus costumbres, tradición liberal, institucionalidad y conceptos muy arraigados de estatismo y lo queremos evaluar junto a nuestros hermanos”, indicó.

Respecto a la posición de los demás países sobre el modelo uruguayo, Romani confesó que si bien no hubo intención en los representantes internacionales de trasladar la ley uruguaya a sus naciones, sí se mostraron interesados en conocer la experiencia.

“No hemos encontrado ningún Estado que haya trasmitido rechazo ni acusación de algún tipo. Algunos están muy interesados y quieren conocer a fondo”, sentenció.

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