La primera semana de junio, la Cámara de Diputados revisará el proyecto de ley que permite el auto cultivo de cannabis sativa con fines terapéuticos y recreacionales, y que implica una modificación de la Ley 20.000 de drogas.
La norma de origen parlamentario, que fue aprobada el pasado 6 de abril por la Comisión de Salud de la Cámara en medio de una polémica por la ausencia de representantes del Ejecutivo, establece entre sus contenidos la autorización para el cultivo de hasta seis plantas por domicilio, permiso para portar un máximo de 10 gramos de cannabis para uso personal y la aprobación del consumo con fines terapéuticos, pero bajo supervisión médica.
La iniciativa también prohibe su uso en espacios públicos y explicita que la supervisión y los permisos, estarán bajo la tutela de organismos como el Instituto de Salud Pública y el Servicio Agrícola Ganadero.
La propuesta ha generado un amplio debate entre los adherentes, que aluden los beneficios que tendría esta planta como tratamiento paliativo -frente a enfermedades como el cáncer o artritis reumatoide, entre otras-, y quienes ven en esta apertura riesgos de adicción en grupos de la población, como los adolescentes, y ponen en duda el respaldo científico.
Humberto Guajardo, decano de Medicina de la U. de Santiago, expuso ante la Comisión de Salud como detractor a la norma, particularmente por los efectos en la población joven. “No es aconsejable un cambio en la ley sin que se hayan hecho estudios suficientes para definir cuál es el grado de daño que se le puede hacer a la población adolescente. Hay problemas de memoria, concentración y aprendizaje. También se puede producir un cuadro psicótico, si la persona es susceptible”, dijo.
Por otro lado, junto con argumentar que los fármacos en base a cannabis “no han demostrado ser más eficaces y son de extraordinario alto costo”, el presidente de la Sociedad de Anestesiología, Marco Guerrero, indicó que en casos como el del aceite de cannabis “estamos entregando a los pacientes 500 derivados de un producto que no sé qué efecto tiene y en concentraciones que desconocemos (…) no es la forma de usar los medicamentos, estamos haciendo algo que es bastante empírico, cuando hoy existe la tecnología para hacer las cosas de una manera más seria”.
Una opinión contraria expresa el presidente de la Fundación Latinoamérica Reforma y experto en salud pública, el doctor Sergio Sánchez. “He visto pacientes que consumen marihuana con usos medicinales, para el cáncer o síndrome de Drave, como el caso del pequeño Vicente que vive en Colorado (Estados Unidos), al que la mamá le daba marihuana y era impresionante el cambio positivo”.
Agregó que “no porque no haya un estudio que diga que la marihuana es buena para la epilepsia, no va serlo. Mis colegas que hablan de que faltan pruebas, están haciendo caso omiso a la prueba más evidente, que es el paciente”.
A su vez, el psiquiatra y autor del libro “Controversia científica sobre la marihuana”, Avelino Jiménez, indicó que “hay muchos países desarrollados donde se está usando la marihuana de forma natural y hay productos basados en cannabinoides que son remedios. Chile tiene que abrirse a que hayan medicamentos que puedan ser útiles para los pacientes y hacer investigaciones para homologarlos”.
Hasta ahora, el gobierno no ha respaldado la iniciativa, que podría votarse el próximo mes. Sin embargo, el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara, Juan Luis Castro (PS), señaló que “se están esperado indicaciones del Ministerio del Interior y que están paralizando la agenda de autocultivo y uso medicinal de la cannabis, por lo tanto es perentorio que haya una decisión política, de manera que la primera semana de junio (el proyecto) esté en la tabla para su discusión en la sala”.
Cultivos medicinales
Cerca de 20 municipios se han sumado a la producción de cannabis para uso medicinal que impulsa la Fundación Daya para dar tratamiento a 200 pacientes por comuna al año. “Es un gran cultivo agrícola, en la Séptima Región, en el que cada municipio podrá tener acceso a un cupo en el cultivo”, dijo Ana María Gazmuri, presidenta de Daya, quien añadió que se realizarán estudios clínicos en conjunto con el Ministerio de Salud. “Estos estudios serán diseñados por las instituciones de salud. Cada servicio va a tener personal dedicado a instalarlo y a entregar los medicamentos cada 15 días”, dijo.
Este proyecto se iniciará el segundo semestre del 2016 en el Instituto Nacional del Cáncer y el Hospital San Borja de Santiago. “Vamos a respaldar todo lo que sea de uso medicinal, porque nos parecer necesario”, dijo la ministra de Salud, Carmen Castillo.
En paralelo, Salud está elaborando un reglamento para normar el uso de cannabis sativa, para fines terapéuticos.
Info: La tercera