Días atrás ha concluido en Nueva York la tercera Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS, en inglés) sobre drogas y todos los reportes de prensa llegados desde esa ciudad coinciden en que el mundo está dividido entre quienes buscan y proponen una aproximación diferente a problema y quienes apoyan la “guerra” contra el narcotráfico.
En efecto, entre el martes y el jueves, jefes de Estado y de gobierno, así como delegados de los 193 Estados miembros se reunieron para discutir el problema de las drogas en el mundo y actualizar las políticas globales. La declaración emergente de la reunión global, negociada desde hace más de un año, dejó la impresión de ser extremadamente conservadora, precisamente por la división de opiniones antes mencionada; en todo caso, reportó el corresponsal de este diario enviado a la metrópoli estadounidense, tiene como tesis que los Estados pueden tener autonomía al momento de trazar sus políticas y aplicar las convenciones a sus realidades.
México, Colombia, Uruguay y Guatemala son los líderes de la región que impulsaron un cambio de enfoque global en la política de drogas en UNGASS 2016. El Presidente de Colombia dijo en su alocución ante la Asamblea que los enfoques mantenidos hasta ahora no dieron los resultados esperados, por lo que ya hay que comprender que el mundo no estará libre de drogas, como se propuso en 1998.
A su vez, México fue la sorpresa, pues su Presidente lanzó un discurso progresista que no solo cuestionó los exiguos resultados de la “guerra” contra las drogas, que en ese país suma cada mes muertos por decenas y variadas prácticas criminales, sino que también anunció el ablandamiento de las políticas de ese país al respecto, de tal manera que desde el mismo jueves rige en México el permiso de posesión de más de 20 gramos de marihuana para uso recreativo.
Por su parte, Perú y Bolivia, con una posición más moderada, pidieron controlar más la demanda. Al respecto, el Mandatario peruano recordó que si bien la llamada “responsabilidad compartida” entre países productores y consumidores fue reconocida en la ONU en la segunda UNGASS, en la práctica no se ejecuta. Por su parte, el presidente Evo Morales cuestionó el papel que EEUU desempeña en la “guerra”, utilizando el combate al narcotráfico como máscara para el intervencionismo; asimismo, hizo votos por la despenalización del consumo de hojas de coca en estado natural.
Así, la conclusión que queda de la magna reunión es que para la mayoría de los países llegó el momento de cambiar de enfoque y sustituir las políticas represivas por otras que tengan en el centro los derechos humanos y la salud. No se trata de negar los peligros del consumo de sustancias controladas, sino de reconocer que existen formas más eficientes de ponerles un freno sin dañar la dignidad de las personas y de los Estados.
Info: La Razon