Supongo que con mis primeros recuerdos, como una llorera incontrolable cuando mis padres me llevaron al colegio por vez primera –la expulsión del paraíso infantil. En cuanto a mi biografía drogófila, estarían mis primeras incursiones en el cannabis (“esto no coloca”) y las primeras pálidas (“esto coloca demasiado”), hacia mediados de los Setenta.
Qué sabes de la CatFAC?
Junto con la Fedcac, es una de las dos federaciones cannábicas catalanas, seguramente la más activa de las dos –y no me preguntes por qué hay dos en lugar de una, porque no sabría responderte.
Como ves el futuro del Cannabis?
En el plano internacional, tengo todas mis esperanzas puestas en Canadá –por ser el segundo país del mundo que, si todo va bien, desafiaría las convenciones de estupefacientes – y en el referéndum de California. En cuanto al ámbito nacional, tengo sentimientos encontrados. Es mucho lo que se está haciendo, pero más lo que queda por hacer, sobre todo en la política y en la esfera mediática, que sigue empeñada en eternizar la prohibición. Y me gustaría ver más solidaridad por parte del movimiento cannábico con los usuarios de otros psicoactivos.
Te toca escoger, pastilla roja o pastilla azul?
Sin duda, la pastilla azul. Habrá que recordar que Neo era un peón de la Matrix, creado por El Arquitecto y el Oráculo para enfrentarse al Agente Smith, el virus que intentaba destruirla. También simpatizo con la postura de Cifra/Cypher, aunque no fuera precisamente heroica.
Vaporizador o galletas?
Tengo poquísima experiencia con vaporizadores y algo más con cannabis por vía oral, pero soy fumador de tabaco y me quedo con el canuto de toda la vida. Mi problema con las galletas es que son como un sobre-sorpresa y soy bastante picajoso con la dosificación.
Algún consejo?
Un lema de Erowid, aplicable a todas las sustancias psicoactivas: “Conoce tu cuerpo, conoce tu droga, conoce a tu proveedor”, al que se podría añadir la mención al amor propio de Antonio Escohotado.
Acaba la frase… “las drogas…”
… Nos dan analgesia, estimulación, relajación, placer, autoexploración, éxtasis, risa y, en fin, todas las cosas que odian los puritanos y los fanáticos, y este fue el fundamento originario de la prohibición -que no es nuestro bien, sino el de estos enfermos. Luego vendrían otros pretextos, no menos indeseables ni menos ridículos. Sólo un ignorante podría confundirlos con razones.
¿Puedes recomendarnos a alguien para la Hoja?
Serían muchos los nombres que podría citar, pero me quedaré con Juan Carlos Usó y José Carlos Bouso.