Sabemos que la regulación del cannabis medicinal se convertirá en un ‘negociazo’ para dos o tres, donde se van a querer importar regulaciones y negocios, antes de desarrollar un plan y un reglamento a favor de nuestros pacientes. Mientras el gobierno continuará castigando a unos por consumir y sembrar lo que puede crecer en el patio de nuestras casas, otros están empeñados en “picar a’lante”, montar su kiosco, brindar seminarios y cursos de siembra sin saber que terminará aprobando el gobierno de Puerto Rico.
La realidad es que en los medios siguen apareciendo nuevas empresas interesadas y más especuladores con la regulación del cannabis medicinal; incluso, han enfilado sus cañones desde los estados con las políticas más restrictivas para establecerse en la Isla. Quizás sea lo ‘normal’, hay quienes apuestan que el ‘libre mercado’ podrá ‘ayudar’ abrir la discusión de un reglamento sumamente restrictivo que se percibe está siendo diseñado para que una o dos empresas tengan el control exclusivo de la planta. Nuestra recomendación es quienes quieran especular, y crea que podrá montar el negocio de sus sueños, hágalo.
Pero primero busquemos una reforma que garantice los derechos del paciente y que se pueda desarrollar un sistema que le haga justicia a los más necesitados del país. Es el momento idóneo de exigir una regulación justa, con autocultivo, cooperativas, dispensarios, farmacias, clubs, investigaciones y, sobre todo, un desarrollo del mercado local. Luego, si acaso, nos ponemos a importar los modelos, los negocios y los posibles talleres educativos que han funcionado en otros lugares.
Además, podríamos hacer las cosas bien desde sus inicios y no cometer los errores que se han tenido con otras medicinas que le hemos dado la exclusividad a la industria farmacéutica. Se pudiera desarrollar una industria médica que no esté atada a grandes intereses económico y podamos desarrollar una industria local.
Ni en la Capital de los Estados Unidos que se ganó un referéndum por la legalización del mercado recreativo hace alrededor de un año, ni tampoco en el Uruguay que se reguló hace mucho más, todavía los dispensarios y tiendas no se han podido establecer ni desarrollar farmaceúticas cómo algunos están pretendiendo establecer en Puerto Rico. No olvidemos que se está discutiendo un reglamento de una “orden ejecutiva” de apenas hace poco más de tres meses de recomendada y que se encuentra en etapa de “borrador”.
En otros estados con regulaciones establecidas con fuerza de ley se ha preferido educar, desarrollar cooperativas, regalar semillas y promover el autocultivo antes de este ‘busconeo intenso’ y de las especulaciones de negocios que se quiere implantar en la Isla.
Mucho ojo, tampoco le coja miedo a lo que viene, estos anuncios se seguirán repitiendo por mucho tiempo y todavía no ha empezado ni se ha establecido un reglamento. De seguro, si usted cree que puede coger un ‘cantito del pastel’ que se van a dividir dos o tres, no lo dude, meta mano. Quizás, pudiera desarrollar un mercado que pueda hacerle justicia a todos los sectores.
Pero primero establezcamos cuáles serán los estatutos, antes de vender seminarios y negocios que no sabemos si el Estado Libre Asociado va a permitir en su regulación. De seguro, lo justo y ético es continuar exigiendo una regulación que le haga justicia a nuestros pacientes. Ya tendremos tiempo para ponernos a jugar a la especulación de los mercados pero primero exijamos una reforma donde puedan ganar todos los sectores.
Edúcate y educa, luchemos por una reglamentación justa por nuestros pacientes.