Fumar marihuana en la capital de Estados Unidos con fines recreativos o puro placer es legal desde este jueves, aunque los conservadores del Congreso buscan bloquear la nueva reglamentación.
La legalización del consumo de marihuana, aprobada en Washington por gran mayoría en un referéndum en noviembre (69,4%), entró en vigor el miércoles a medianoche.
“Es muy bueno, huele a libertad”, dijo Adam Eidinger, presidente de la organización pro-cannabis DC Campaña Cannabis -el que inició la campaña para la despenalización-, inhalando con satisfacción el humo del porro que había enrrollado durante una conferencia de prensa.
“Algo flota en el aire hoy. Washington DC huele a libertad”, añadió en su cuenta Twitter la organización NORML (Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre Marihuana).
La capital federal sigue así los pasos de Colorado (oeste), el estado de Washington (noroeste) y Alaska, donde el consumo de cannabis ya está autorizado. Oregon (noroeste) imitará a estos cuatro estados en julio y también legalizará el consumo de marihuana.
Desde ahora, Washington autoriza la posesión de pequeñas cantidades de cannabis pero no permite su venta ni su compra. Los adultos pueden tener hasta 56 gramos -el equivalente a unos 80 cigarrillos- y pueden cultivar sin trabas hasta seis plantas en su casa. La venta de pipas, pipas de agua o papel de fumar también está autorizada.
“Fumar en casa. Cultivar en casa” es el nuevo eslogan de esta reglamentación que provocó el contundente rechazo de los conservadores del Congreso. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, con un estrecho margen de maniobra, es la primera en ser criticada.
No en los parques
El Distrito de Columbia, como se denomina oficialmente a la capital de Estados Unidos, de 650.000 habitantes, no es considerado un estado, y la ley federal prohíbe el consumo de marihuana de la misma manera que lo hace con la heroína o el LSD.
Entonces, las fuerzas federales pueden arrestar a alguien que posea marihuana en un terreno federal como por ejemplo un monumento o un parque nacional.
Si la nueva reglamentación se pone en marcha “lo harán sabiendo pertinentemente que están violando la ley”, dijo el martes Jason Chaffetz, un legislador republicano de Utah y miembro del movimiento conservador Tea Party, en una entrevista con el diario The Washington Post.
La posesión de marihuana puede llevar a un año de prisión y una multa de 1.000 dólares por la primera infracción, y alcanzar hasta tres años y 5.000 dolares para los reincidentes.
Sanciones mucho más severas se ciernen para los condenados por la venta y el cultivo de marihuana.
Fiscales federales fueron instruidos, sin embargo, a no procesar casos menores en los estados “legalizados”.
Los republicanos han intentado generar cortocircuito en la nueva reglamentación al agregar a último momento en la ley presupuestaria una línea que prohíbe poner en práctica esta ley recién aprobada.
Pero la ciudad explicó que ya era tarde. La ley fue aprobada en un referéndum.
El 51% de los estadounidenses está favor de la legalización, según un sondeo de Gallup publicado en octubre.
El gobierno de Barack Obama por su lado dijo que la capital debería poder resolver sus asuntos sea cual sea su estatus.
Los militantes a favor del cannabis ven la legalización del consumo en Washington como un paso importante en el camino hacia la legalización en todo el país.
“Si el presidente puede elaborar su cerveza propia en la Casa Blanca, los adultos tienen que poder cultivar y consumir en sus casas una substancia menos peligrosa”, argumenta Robert Capecchi, de Marijuana Policy Project.
Por su parte, Michael Collins, de la Drug Policy Alliance, dijo a The Washington Post que “lo que estamos viendo aquí (en Washington) es el final de la prohibición de la marihuana (…) un gran paso adelante en la lucha nacional por la legalización”.
Info: Heraldo