La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (ANVISA) retiró este miércoles el cannabidiol (CBD, un derivado del cannabis) de la lista de sustancias de uso ilegal y permitió su uso en medicamentos con receta médica.
Gracias a esta decisión, Brasil permitirá la comercialización e importación de los productos medicinales que contengan cannabidiol, un compuesto especialmente efectivo a la hora de tratar enfermedades como la epilepsia, esclerosis múltiple, esquizofrenia, dolores crónicos y para la detención del crecimiento de las células cancerígenas.
La autorización del CBD en Brasil llega tras la sentencia favorable el pasado mes de abril de la Justicia del país tras el caso de una niña de 5 años, Anny Fischer, afectada por un síndrome que le produce una media de 80 convulsiones incontrolables por día y cuyos padres, Katiele y Norberto Fischer, se lanzaron a una labor de concienciación en todo el país para la legalización del uso medicinal de derivados del cannabis en Brasil.
Mientras el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardozo, aseguro en una entrevista este fin de semana en de Río de Janeiro “La legalización de las drogas no está hoy en la agenda”
Cardozo señaló que no es necesario liberar el mercado de marihuana, y que bastará con la creación de un buen sistema de medidas cautelares como el monitoreo electrónico y la aplicación de penas preventivas. Es más, el ministro anunció también que sumado al rechazo en la discusión del proyecto de ley, presentados por dos diputados cariocas, se construirán nuevas cárceles.
La discusión sobre la regulación del consumo recreativo de marihuana es larga. Desde la llegada de Dilma Rousseff al poder y desde que Uruguay anunció la regulación del cannabis, las discusiones y los debates al respecto comenzaron a tomar fuerza en algunos diputados y miembros del Parlamento brasileño. Sin embargo, la bancada evangélica bloqueó cualquier oportunidad de discusión y ahora, luego de las declaraciones del ministro, parece que las propuestas serán enviadas al congelador