Ramón Morcillo portavoz de la Representación Cannàbica de Navarra, aclara la situación actual sobre el consumo de cannabis tras la norma que regula los clubes en Navarra.
“No vamos a parar”. La reciente aprobación de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre los clubes de cannabis en el Parlamento de Navarra ha dado alas a la Representación Cannábica de Navarra (RCN). La entidad, que entre afiliados y simpatizantes suma unos 980 apoyos, se creó en torno a 2006 y ahora afronta uno de sus momentos clave, cuando esta norma navarra, si es recurrida por el Gobierno central, tendría que ser analizada en el Tribunal Constitucional. El debate sobre el consumo regulado del cannabis llegaría, por tanto, a las más altas esferas. Ramón Morcillo (Pamplona, 1986), uno de los portavoces de la entidad e integrante del club de cannabis Le Club, cuya plantación en Sangüesa ha sido intervenida por las fuerzas de seguridad, repasa la situación actual y los pasos que quedan por dar en este 2015, un año que, ya sea antes o después de las elecciones, augura novedades en torno a la marihuana. Está por ver en qué sentido.
¿Cuántas personas consumen cannabis en Navarra y cuáles son los objetivos de un partido como RCN?
Somos un partido que estamos obligados a existir por la injusticia que existe en torno al cannabis: en España, se intenta criminalizar a dos millones de consumidores diarios, de ellos, unos 20.000 en Navarra. De forma lúdica, sobre todo, porque solo un 5% de los usuarios lo hacen por un uso terapéutico.
¿Cree que desde las instituciones se han tomado en serio este debate?
Incluso los parlamentarios navarros pensaron, cuando hicieron la visita a este club [la entrevista se desarrolla en el club de cannabis Le Club, ubicado en el municipio navarro de Ansoáin, que fue visitado por los grupos antes de la tramitación de la ILP] que seríamos cuatro rastafaris metidos en un agujero oscuro, y comprobaron que no es así. El local está bien acondicionado, tiene medidas de seguridad y de higiene. Se sorprendieron porque no se esperaban este nivel de salubridad.
La sensación es que tienen tantos cuidados en este tema porque, de lo contrario, sería una razón para criticar a este colectivo.
Como no teníamos una regulación que nos amparase, eso nos obligaba a poner la venda antes de la herida. Y, por si acaso, evitamos tener problemas de licencia, insonorización, extracción, control del olor… cualquier cosa. Porque es cierto que somos una asociación de consumidores de cannabis y, por tanto, nos movemos en una línea bastante delgada.
Hagamos un repaso de la situación: ¿ahora mismo se puede consumir cannabis de forma legal en España?
Existen unas formas de consumir de forma legal, como son el autocultivo para el autoconsumo y el consumo en privado.
Pero, ¿cultivar una planta de marihuana en casa es legal?
Ahora mismo, mientras la ley no cambie, la Policía podría entrar en tu casa, detenerte y llevarte a juicio y en el juicio, si se demuestra que esa planta es tuya y que no vendes a terceras personas, saldrías absuelto. Por eso esta situación es un absurdo.
Entonces, ¿por qué consumir cannabis?
Cada persona lo hará por motivos diferentes, puede ser por salud, por relajación… Es un poco la suma de todo. En mi caso, me ayuda para comunicarme con mi entorno.
Pese a que el argumento médico se usa habitualmente en este debate, usted reconoce que la mayoría de los consumidores lo hace por ocio…
Está claro que el cannabis no es una sustancia inocua, tiene sus riesgos. Por eso el consumo tiene que hacerse de una forma controlada, no es un debate a la ligera. Para eso son estas asociaciones, porque nosotros también hacemos un curso de prevención de riesgos. No abogamos por un consumo irresponsable ni indiscriminado.
¿Cree que un consumidor puede decir que lo es en su trabajo o, incluso, en su familia?
En mi caso, como en mi familia las convicciones religiosas están muy arraigadas, sí es verdad que se creó tensión al decírselo. Los estereotipos están muy fijados en la sociedad y la gente asocia el cannabis con vagos, rastas, sucios e, incluso, con otras sustancias, a pesar de que está más que demostrado que la teoría de la escalera no se cumple.
¿Por qué decidieron llevar este debate al Parlamento de Navarra?
Hace un año, vimos que teníamos apoyos suficientes para hacerlo. Ya en noviembre de 2013 intentamos registrar el club de cannabis entre las asociaciones y nos pusieron problemas, así que nos planteamos por qué no promover esa regulación. Utilizamos los informes jurídicos que avalan esta posibilidad, para que no fuéramos considerados una asociación ilícita. La sociedad y los jueces ya ven normal que los consumidores nos agrupemos y busquemos nuestro propio cannabis a través de circuitos de abastecimiento propios, pero es la moral de los gobernantes la que no permite avanzar a esa legislación.
Sin embargo, en el caso de Le Club, la finca de cultivo de la asociación en Sangüesa ha sido intervenida por la Policía, y su secretario, imputado.
Están imputados el secretario [Fermín Les], el dueño de la finca y el dueño del terreno donde se cultiva. Y no nos parece casualidad que se intervenga el cultivo de la asociación que visitan los parlamentarios, y cuyo secretario es el presidente de RCD. Nosotros estamos dispuestos a decir a las fuerzas de seguridad dónde cultivamos, que lo vean y hagan los controles necesarios.
La norma para regular los clubes de cannabis en Navarra ya es una realidad, pero si el Gobierno central ha anunciado sus dudas sobre la regulación en San Sebastián, es previsible que recurra la ley navarra. ¿Para qué habrán servido, entonces, estos trámites?
Nosotros hemos solicitado al Gobierno de Navarra seguir avanzando, porque ahora mismo una asociación puede consumir cannabis en privado pero no tiene permitido ni el transporte ni el cultivo, y esa es una situación hipócrita. Ahora el Gobierno central puede recurrir la ley e iremos al Constitucional, y otra posibilidad es que no se presente esta situación y que el Gobierno de UPN deje estar este tema, y entonces tendríamos una ley sin normativa. Pero nosotros lo vamos a intentar, ya sea con este gobierno o con la oposición, o bien esperando al resultado de las elecciones forales.
Una pregunta concreta, que puede plantearse cualquier detractor del consumo de cannabis. ¿Navarra va ser Holanda?
No, para nada. Aunque nosotros sí creemos que en el futuro sería necesario que hubiera establecimientos donde se dispensara cannabis de forma controlada pero sin registro, porque hay muchos consumidores que no quieren ser reconocidos como tales.