Las miradas del mundo se centran en España como la Nueva Holanda, un Panorama de Libertad que poco tiene que ver con la realidad.
La legislación española no penaliza el consumo de drogas blandas, mientras no se realice en lugares públicos, las sanciones impuestas por consumo en la Vía Publica son de 300 euros, pero en la práctica la Policía española suele hacer la vista gorda ante el incumplimiento de esta normativa, siempre que se realice de manera discreta.
Las autoridades tampoco castigan la posesión de cannabis para uso personal y será en última instancia, es el juez el que determina si la cantidad de droga incautada puede ser posesión para consumo o para tráfico. En caso de tráfico entraría como delito contra la Salud Pública, en este caso se enfrentarían a penas de prisión de tres a nueve años y multa del tanto al triplo del valor de la droga.
Al igual que el tráfico, el cultivo de droga en España está considerado como un delito contra la salud pública, independientemente del número de plantas que se tengan, aunque los Jueces españoles suelen archivar la causa si consideran que la cantidad que se cultiva es pequeña, está destinada al consumo personal y no existe la intención de traficar.
Añadimos la grave situación económica que ha generado la aparición de Pequeños Viveros destinados al consumo doméstico y que se ubican en las terrazas o pequeños jardines de viviendas particulares. Personas consumidoras que buscan autoabastecerse para satisfacer su consumo y ahorrar algo de dinero. Aunque Dentro de esta proliferación de cultivos, hay gente que las cultiva para venderlas y hacer negocio, lo que está favoreciendo la aparición de un mercado Negro que facilita el acceso y consumo de esta Droga que ha dejado de ser un Tabú, y que la mayoría de los jóvenes españoles consideran el consumo de Marihuana algo tan natural como la ingesta de alcohol.
A este coctel le añadimos la Proliferación de Asociaciones Cannábicas, denominadas Cannabis Social Clubs (CSC) unas asociaciones que defienden y solicitan la regulación del consumo y venta de Cannabis, ya que consideran perjudicial la falta de legislación en la materia.
“Lo que reclamamos es una regulación que garantice los derechos de los usuarios adultos y que contribuya a reducir los riesgos asociados al consumo y que ayude a proteger a los sectores más vulnerables”, explicó Martín Barriuso, portavoz de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC).
Unas asociaciones que navegan entre la ambigüedad de la legislación Española que no especifica ni el número de plantas que puede cultivar cada persona, ni la tenencia licita de la sustancia para consumo personal y sanciona un delito tan abstracto como el Peligro, por lo que existe una excesiva dependencia de los criterios del policía o del juez de turno, que deja un amplio abanico dictamen de sentencias.
Barriuso defiende que: “La legislación actual es contraproducente y apostamos por un modelo basado en el autocultivo individual y la creación de clubes sociales de cannabis en los que los usuarios puedan abastecerse en un circuito legal”.
Pero España no es Holanda.
Holanda pudo ser un modelo de referencia, pero allí no existe una regulación Clara, si no una política de tolerancia que permite la venta de Cannabis pero al mismo tiempo criminaliza el cultivo, lo que provoca que todo lo que se vende entre por la puerta de atrás, en una absoluta opacidad en cuanto al origen y la calidad del producto.
El Modelo Propuesto por FAC quiere ir más allá y que considera insuficiente la alternativa de “CoffeShop” , apostando por un modelo menos comercial, sin ánimo de lucro, trabajando la prevención de riesgos y protegiendo el autocultivo para uso personal. Una propuesta más social y basada en la protección del Usuario que puedan acceder de una forma segura, informada y Participativa a una nueva realidad que lucha contra la anacrónica Política de Drogas que se implanta a nivel internacional y que cada día está recibiendo mas detractores que coinciden en acabar con 50 años de Fracaso.
Sin embargo, esta sensación de “euforia” no ha llegado a las administraciones y el caso más reciente es la intervención de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Pleno del Congreso que Planteaba el compromiso de la Cámara Baja de crear una subcomisión o grupo de trabajo para estudiar la regulación de esta droga. Ni siquiera los beneficios económicos expuestos por Alfred Bosch, Convencieron al gobernante Partido Popular (PP) y el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que se opusieron a la despenalización total del cultivo, distribución y consumo de cannabis, con lo que la iniciativa recibió un frenazo, hacia la Legalización.
Adstraídos en este coctel, surgen iniciativas que dan una falsa visión de Normalidad en la realización de cualquiera de estos procesos, pero es un efecto embriagado que puede desaparecer en cualquier momento.
La propuesta de España busca no caer en los errores que cometieron países como Portugal, Suiza o Holanda, donde la ambigüedad sigue presente en su regulación y poco o nada hace por los consumidores que son el verdadero motor en la búsqueda de una regulación que comprenda desde el cultivo a la distribución, de todas las personas que libremente quieren acceder a esta sustancia. No repitamos lo mismos errores, caminemos hacia una regulación que beneficie a Todos/as los usuarios/as.
Noticia: http://www.octavodia.mx/articulo/40106/espana-la-nueva-holanda